Las empresas tienen en el etiquetado de sus productos una magnífica manera de apostar por la RSC ó Responsabilidad Social Corporativa. Ésta se se manifiesta en los impactos que genera la actividad empresarial en el ámbito social, medioambiental y económico, orientándose a la satisfacción e información de las expectativas y necesidades de los grupos de interés. Por ello, en el packaging el etiquetado en braille y con materiales 100% reciclables empieza a ser algo cada vez más habitual.
De esta manera, las personas con discapacidad visual pueden obtener toda la información acerca de aquellos productos que compran y adicionalmente las empresas apostar por el respeto el medio ambiente, ofreciendo un valor añadido en sus productos, mejorando la calidad de vida de sus empleados, las comunidades en las que opera y de la sociedad en su conjunto.
Además de todo ello, los bienes de consumo son los más susceptibles de necesitar de un etiquetado braille ya que así se facilitará a las personas con discapacidad visual que por ejemplo, en las cajas de los supermercados eviten confusiones que supongan un peligro para su salud, como podría ser confundir un champú con una lejía, o comprar productos próximos a la fecha de caducidad, o saber si son especialmente fabricados para personas con alergias, etc… Ofrecer seguridad en el consumo a las personas es de obligado cumplimiento para las empresas y el etiquetado braille es una herramienta muy sólida para conseguirlo, sobre todo si se busca llegar a todas las personas, tengan o no problemas de visión.
Por sectores, uno de los pioneros en esta implementación ha sido el etiquetado vinícola. Desde hace años, son numerosas las bodegas nacionales e internacionales que han llevado este etiquetado y contraetiquetado a sus botellas. Así las personas ciegas pueden conocer el nombre de del vino, la cosecha, la variedad de la uva y el tiempo de crianza, sus características organolépticas, entre otros datos que son de gran interés para cualquier aficionado al vino.
Así pues, el uso de etiquetado en braille unido a materiales 100% reciclables son una combinación absolutamente recomendable y que debería ser tenida en cuenta por todas aquellas empresas que quieran ofrecer una información de producto adaptada a personas con discapacidad, además de hacer una apuesta por el respeto al medio ambiente, transmitiendo así una visión de empresa comprometida con su entorno y las personas.