La crisis del COVID-19 ha obligado a que la ciudadanía se familiarice rápidamente con el uso de material sanitario que hasta ahora nunca o rara vez usaba. Mascarillas y guantes están siendo las armas en una lucha contra el virus en la que el lavado de manos se ha demostrado fundamental, trayendo los geles desinfectantes a la palestra.
Etiquetado de geles desinfectantes según su naturaleza
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha publicado unas directrices para el correcto etiquetado de productos desinfectantes que tanto estamos utilizando en nuestro día a día.
Conforme al Reglamento 1272/2008, las etiquetas de biocidas tienen que detallar la clasificación “CLP” si alguno de sus ingredientes o una combinación de ellos pueden ser catalogados de peligrosos. Igualmente, debe aclarar cuáles son las indicaciones y consejos a tomar para evitar riesgos.
Esto sucede en el caso de las soluciones hidroalcohólicas de carácter biocida puesto que están compuestos básicamente de etanol (alcohol etílico). Por eso, su etiquetado debe incluir un pictograma de sencilla lectura que indique su nivel de peligrosidad y su carácter inflamable. Además, debe establecer ciertas indicaciones de la naturaleza del riesgo, como que pueden provocar irritación ocular grave y resultar tóxicos en caso de ingestión. Finalmente precisan de unos consejos de uso y conservación.
Los geles/soluciones hidroalcohólicos de naturaleza cosmética en cambio, son más variables en lo que respecta al contenido de etanol y no están obligados a incluir dicha información en su etiquetado. Pese a ello, la AEMPS recomienda que se sigan las mismas precauciones que con los geles de naturaleza biocida, y por eso ha elaborado una serie de consejos para manipularlos y conservarlos correctamente.
Etiquetado de virucidas y bactericidas
Hay gran confusión entre virus y bacterias cuando se habla de biocidas. Esto sucede porque ambos son microbios, es decir microorganismos. En el caso de la COVID-19, sabemos que es causada por un coronavirus que ataca a nuestro organismo. Por ello, es importante detallar que los geles tengan capacidad viricida, que maten los virus. Un gel etiquetado como bactericida no haría efecto alguno, mientras que la etiqueta microbicida podría ser confusa.
La clave está en la concentración de etanol, que debe ser entre el 60 y el 95% para acabar con los virus. Así son la gran mayoría de geles que se encuentran tanto en farmacias como en supermercados y su efectividad es muy alta contra el coronavirus en particular.
No obstante, no todos lo indican debidamente en su etiqueta mediante el sello de la AEMPS. Es decir, un gel puede tener una composición perfectamente efectiva, pero requiere de unas garantías de que ha pasado los controles para que se considere producto sanitario. Dicho sello supone una garantía extra para el cliente y puede ser obligatorio si quiere destinarse a usos profesionales.
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